Page 275 - San Luis Bertrán Eixarch
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su rostro vuelto hacia otra tierra y ahora lo
tienen mirando a Cristo, en actitud de
aceptación y súplica firme. Tú que antes
buscabas tu contento olvidado de Dios, ahora
has de aborrecer y olvidar el propio
contentamiento por amor de Dios, para pagarle
lo que le debes.
Pero hay de aquellos que no buscan a
Cristo para pagarle su deuda y no se determinan
a imitar a la Cananea, que se arrojó
decididamente a sus pies mostrando su
confianza en Él, sino que del solo deseo y amor
propio viven, y nunca se determinan
decididamente a cambiar de vida y comenzar a
practicar la caridad (Marcos 7, 24-29).
De estos que no se arrojan a los pies de
Cristo, se queja Dios en Isaías, diciendo:
Clama, pues, ¡oh Isaías!, no ceses:
Haz resonar tu voz como una trompeta,
y declara a mi pueblo sus maldades, y a
la casa de Jacob sus pecados; ya que
cada día me requieren como en juicio, y
quieren saber mis consejos. Como gente
que hubiese vivido justamente, y no
hubiese abandonado la ley de su Dios,
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