Page 178 - San Luis Bertrán Eixarch
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Por fin llegó a Sevilla, donde se reunió con

            sus compañeros aragoneses y otros misioneros
            que estaban bajo la obediencia del Vicario
            General, Fr. Andrés de Santo Tomás. En total

            eran treinta frailes dominicos y la salida estaba
            fijada para marzo desde el puerto de Sanlúcar de
            Barrameda, pero debido al mal tiempo, fue

            trasladada al 1 de junio saliendo desde el puerto
            de Cádiz, lo cual providencialmente permitió
            que llegara a tiempo Fr. Luis Vero y viajaron en

            la misma flota, pero en distinto barco, como ya
            se lo había profetizado el Santo, cuando el

            referido novicio indígena visitó el Convento.
                  La expedición se hizo a la vela en la flota de
            Pedro Méndez de Ávila. Los sacerdotes eran
            distribuidos en los diferentes navíos por si acaso

            sucedía algún accidente que cada Galeón tuviera
            la asistencia religiosa necesaria. Ocurrió durante

            el viaje que a él y a otro religioso les cayó una
            pesada garrucha, a San Luis le pegó en la pierna,
            causándole una herida que nunca sanó
            completamente y al otro le abrió el cráneo.

                  San Luis, sin detenerse en su propio golpe y
            herida que lo dejó cojo para siempre,

            rápidamente tomó un lienzo o pañuelo grande


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