Page 120 - San Luis Bertrán Eixarch
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sentaban el pie llano.
Aquel joven maestro era muy estricto en la
selección de novicios y a pesar de tener el don de
discernimiento de espíritus, hasta no estar
plenamente seguro de la vocación no comenzaba
la formación de los futuros sacerdotes. Además,
poseía la firme ternura de la caridad, lo cual hizo
que fuera muy amado por sus novicios, los que a
lo largo de los años llegaron a formar una
auténtica “Escuela de formación Fr. Luis Bertrán‖.
De mucho prestigio dentro de la
comunidad dominicana fueron los frailes
formados por él, porque aprendían a ladrar como
verdaderos dominicos. Se dice ladrar en sentido
contrario a lo que previene el profeta (Isaías 56,
10-12). “Dominicanu‖ es un compuesto de
“Dominus‖ (Señor) y “canis‖ (perro),
significando que es "el perro del Señor" o más
exactamente: ―el vigilante de la viña del Señor‖.
Nunca se supo que hubiera insultado a un
novicio o hablado mal de ellos o de algún
hermano de su Comunidad, a quienes trataba
como a verdaderos Caballeros de la Fe que
estaban siempre dispuestos a defenderla como
auténticos nobles a costa de su propia vida.
Decía a todos que debían ladrar y actuar como
Santo Domingo de Guzmán, que nunca cesó en
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