Page 241 - San Luis Bertrán Eixarch
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de la llaga que tenía en la pierna, con profunda
humildad y devoción»
Según comenta el padre Fr. Antist:
Le cortaba el pan y le procuraba la
comida. Le daba su bendición y las gracias por
dejar que él lo atendiera. En más de una
ocasión, le sirvió de rodillas la bebida y le
ponía pequeños bocados en la boca.
Dada la gravedad de su enfermedad, fue
llevado al Hospital de Sacerdotes Pobres, que
había sido fundado por la Cofradía del Milagro,
en el año 1356. Aquí se conserva la habitación
donde murió San Luis.
Todavía le queda un mes más de vida
completamente postrado en la cama y sufriendo
de terribles dolores en la pierna. Cuando sus
hermanos frailes en la tarde entraban en su celda
para cantarle las canciones que más le gustaban,
se escondía bajo la sábana con su rostro bañado
en lágrimas y decía que oyéndolos ya presentía
como serían los cantos en la bienaventuranza
celestial.
El 6 de octubre en la mañana, pregunta en
qué día está, y cuando se lo dicen, hace la
cuenta: “¡Oh, bendito sea Dios! ¡Aún me quedan
cuatro días!‖.
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