Page 237 - San Luis Bertrán Eixarch
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consulta que el rey Felipe II, a través del Virrey,
ordenó que se le hiciera. Al respecto, San Luis
hizo un informe sobre la posible expulsión de
España de los moros conversos (moriscos) en
donde reconocía que en parte habían sido
forzados al bautismo:
Aquello no fue bien hecho y pluguiera a
Dios que nunca se hiciera. El problema es
grave, pues los moriscos casi todos son herejes
y aún apóstatas, que es peor,... y guardan las
ceremonias de Mahoma en cuanto pueden.
Vale la pena recordar el remedio que
propone:
No se administre el bautismo a los niños
hijos [de moriscos], si han de vivir en la casa
de sus padres, porque hay evidencia moral de
que serán apóstatas como ellos, y más vale que
sean moros, que apóstatas.
El anterior dictamen fue refrendado por su
buen amigo San Juan de Ribera (1569-1611),
arzobispo de Valencia, en carta al Rey.
En cuanto a la conversión pensaba que no
se debe forzar a nadie y al respecto de ella,
siempre debe ser sincera. San Luis Bertrán tenía
el siguiente lema: ―Mejor debe ser el día de la
muerte que el del nacimiento, cuando hay una
conversión sincera‖.
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