Page 232 - San Luis Bertrán Eixarch
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Aterrado, el agresor se echó a sus pies

            pidiendo perdón y después de que lo perdonó se
            volvió a Francisco Mora, su ayudante, y a los
            demás presentes, diciéndoles: ―No digáis lo que

            habéis visto que le sucedió a esta persona. De aquí a
            treinta años ya podéis decirlo, porque entonces os lo
            preguntarán como testigos.‖ Y así sucedió en 1598.


            10.1  Don de discernimiento de espíritus
                  Uno de los dones espirituales más

            señalados de San Luis fue su clarividencia en el
            trato con las almas, pues estaba dotado de un
            discernimiento espiritual rápido y certero, tal

            como dice la Escritura: «No necesitaba que nadie
            diera testimonio acerca de hombre alguno, porque
            sabía él mismo lo que hay dentro de cada hombre»

            (Juan  2,25).
                  Cuando confesaba daba respuesta a

            preguntas no formuladas, corregía pecados
            secretos, descubría vocaciones ignoradas,
            resolvía dudas y aseguraba las conciencias. Y en
            esto superaba a veces más allá de lo natural,

            explicando a las personas por qué le habían
            sucedido determinadas cosas. Esta cualidad se

            fue acentuando a lo largo de su vida y se hizo


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