Page 31 - San Luis Bertrán Eixarch
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buen nombre vinculado a la historia de los dos

            troncos patriarcales de donde provenían el
            hombre y la mujer, los cuales por medio de la
            religión se habían convertido en cónyuges. Estos

            pinares protegían a todos los descendientes del
            retoño o nueva rama del árbol familiar, por
            todas las generaciones subsiguientes.

                  Al llegar Nuestro Señor Jesucristo, conjuró
            la idolatría y Él mismo confirmó que Dios
            instituyó en el Paraíso Terrenal el matrimonio y

            la sociedad patriarcal y después con la
            ratificación del Cuarto Mandamiento de la Ley

            de Dios: «Respetar a padre y madre», junto con su
            promesa, «para que te vaya bien y vivas
            largamente» (Efesios 6, 1-18). En las Bodas de
            Caná, confirmó que los bienes espirituales del

            matrimonio provienen de Dios, los cuales son:
            convivencia en la Fe, fidelidad conyugal,

            entendimiento mutuo, educación de los hijos, etc.
                  Todos los anteriores bienes se consolidan
            vinculados a la forma de la perpetuidad
            matrimonial o indisolubilidad, que es de donde

            surge propiamente su carácter sacral y
            sacramental. La mayoría de los bienes del

            matrimonio se reciben en la vejez: ―… tú al


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