Page 136 - San Luis Bertrán Eixarch
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quedaron en evidencia ante sus propios jefes, los
encomenderos allí presentes. A partir de este día
y luego de presenciar un suceso por demás
extraño, el cual dejó en evidencia su mal
proceder, evitaban encuentros suyos y de los
demás colonos con el Santo, procurando negar
que San Luis se encontraba todavía en la región
y decían que había vuelto a España.
En otro pueblo llamado Baranoa, después
de confesar casi todo el día y celebrar la Misa de
la tarde, dijo a Andrés Martín, refiriéndose a los
indígenas y negros que allí habitaban: ―Dios
librará a estos pobres miserables de su gran
calamidad, porque en breve tiempo morirá uno de sus
perseguidores.‖ Martín contó esto a Fernando de
Ales y a su esposa doña Inés de Mendoza,
quienes eran los encomenderos de esa localidad
y sabiendo que él en sus predicciones no fallaba,
llenos de temor los dos fueron a visitar a San
Luis, quien les dijo que se tranquilizaran, que no
era por ellos que decía eso, sino por su
mayordomo. Esto efectivamente se verificó,
porque antes de terminar la semana el cruel
administrador falleció.
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