Page 131 - San Luis Bertrán Eixarch
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que el sacerdocio, este es uno de los sacramentos

            más delicados.
                  Las siguientes palabras que el Santo
            predicaba, nos muestran la gran atención que

            colocaba en este sacramento:
                        Cada día vemos que se dividen los
                  casados, el uno dice «no me pagaron el
                  salario», la otra «esto no me agrada, tú no me

                  das buen trato». Estas cosas son señal de que
                  no los casó Dios, sino el diablo. Porque a los
                  que Dios unió no los separará el diablo, ni su
                  padre, ni su madre, ni nada ni nadie podrá
                  separarlos. Solo Dios, con la muerte.
                        Los que se casan por la hermosura ella
                  misma los descasa. Los que por amores y
                  dinero, a los cuatro días de casados y después
                  de haber cumplido sus deseos, se aborrecen.
                        Iba un Ángel con Tobías y él le dice:
                  Cásate con esa mujer. Y él le responde: siete
                  con ella se casaron y los mató el demonio.
                  Contigo no lo hará le dice el Ángel, porque
                  aquellos siete eran carnales y no se casaron por
                  el fin que debían. Pero si tú lo haces por el fin
                  que Dios quiere, que es tener unión y obtener el
                  fruto de su bendición que son los hijos y
                  además para que tengas remedio contra los
                  apetitos de la carne, de esa manera no llegará a
                  ti el Diablo (Tobías, 6, 17). Pues ya sabéis que


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