Page 68 - San Luis Bertrán Eixarch
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Los libros que más leían los protestantes

            eran los Salmos y los textos históricos donde
            Dios da tremendas reprimendas a los reyes. Pero
            no leían los otros libros donde Él bendice a los

            patriarcas y a los reyes justos y les entrega el
            gobierno de los pueblos. Producto de este sesgo
            concibieron a Dios Padre como un dios

            republicano y la solución que los académicos
            plantearon para corregir la forma de
            organización social que venía de la Edad Media,

            era colocar un Estado que estando por encima de
            la familia y la Iglesia Católica, actuara como un

            agente nivelador.
                  Surgió entonces un nuevo cristianismo, el
            igualitario de los individuos plenos de libertades
            y derechos, el cual es reconocido hoy en día por

            los teólogos de la liberación como la génesis de
            su pensamiento. El talante de este cristianismo

            ya no es la serena reflexión, sino la rabia contra
            el sistema y la capacidad de contestación de los
            fieles. (Alfred Hennelly, en Loredo de Izcue,
            Teología de la Liberación, p.109).

                  Un personaje destacado de la política
            francesa del tiempo de la Revolución, llegó a

            decir que la gran diferencia entre los viejos y los


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