Page 75 - San Luis Bertrán Eixarch
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abandona la Iglesia a su suerte, mientras los
grandes de la tierra discutían los delicados
asuntos religiosos, políticos y económicos que
dividían los reinos de Europa, y los más
pragmáticos se dedicaban a estudiar la mejor
manera de hacer alianzas con el Islam, sin
quedar marcados como favorecedores de la
religión de Mahoma, para obtener rentables
salvoconductos que les permitían comerciar con
el extremo oriente y el norte de África. Algunos
llegaron incluso a encargar en las universidades
profundos estudios teológicos y jurídicos que
justificaran su doble posición religiosa.
Sucedió entonces que el cielo vino a dar
respuesta a la crisis. Un viento de la gracia vino
y pasó imperceptible cubriendo toda la tierra, el
cual condujo al surgimiento de grandes santos
en Europa. Y es necesario decir imperceptible,
porque esto sucedía sutilmente en las capas más
profundas de la sociedad. Entretanto, en ciertos
círculos intelectuales y artísticos, en conjunto
con las universidades que antes eran fieles
entusiastas del dogma católico, ahora
deslumbrados todos por el poder económico de
los calvinistas y puritanos del norte de Europa,
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