Page 78 - San Luis Bertrán Eixarch
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1.9 La Observancia
Mientras la entelequia disolvente del
protestantismo se seguía engendrando en las
universidades, en las comunidades religiosas
empezaba a surgir el deseo de retomar la regla
primitiva partiendo de la consideración de ser
ella inspirada por Dios al santo fundador y por
lo tanto capaz de conducir a la santidad. Este
movimiento espiritual será registrado por la
historia como de La Observancia.
Es éste un fenómeno que ocurre sobretodo
en España, donde con frecuencia se recordaba
aquella famosa sentencia de San Agustín:
Dos amores construyeron dos ciudades:
el amor propio hasta el desprecio a Dios hizo la
ciudad terrena; el amor de Dios hasta el
desprecio de sí mismo, la ciudad del cielo. La
una se glorifica a sí misma, la otra se glorifica
en el Señor. Una busca la gloria que viene de
los hombres (Juan 5,44), la otra tiene su gloria
en Dios, testigo de su conciencia. Una,
hinchada de vanagloria levanta su cabeza, la
otra le dice a Dios: «Tú eres mi gloria, me
haces salir vencedor...» (cf. Sal 3,4) En una,
los príncipes son dominados por la pasión de
dominar sobre los hombres y sobre las naciones
conquistadas, en la otra todos son servidores
del prójimo por la verdad de la caridad, los
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