Page 93 - San Luis Bertrán Eixarch
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sus expediciones. Heredia, no lo pensó dos veces

            y la adoptó como su guía de lengua, pues ella
            estaba dotada de un gran sentido de persuasión y
            conocía  muy bien los caminos de la selva.

                  Catalina le ayudó en la pacificación de
            numerosas tribus, como los indios turbacos y los
            caciques de Carex y Bahaire. Le dio la ubicación

            de las principales tumbas con oro que había en
            Cipacoa y Mahates (los indígenas acostumbraba
            enterrar a sus muertos importantes con todas sus

            pertenencias). En junio de 1533, Heredia la llevó a
            una expedición al norte de la Provincia de

            Cartagena y en aquella marcha logró llegar a
            Zamba y reencontrarse con sus familiares. El
            Cacique, en señal de agradecimiento por el buen
            trato dado a su hija, ordenó a su tribu que todos

            se sometieran al mandato del Conquistador.
                  Catalina llegó a ser una de las mujeres más

            acaudaladas, cultas y de finas costumbres de la
            sociedad de Cartagena de Indias, donde una de
            sus labores más importantes era organizar el
            protocolo de bienvenida y las recepciones de

            viajeros ilustres.
                  Pasado un tiempo y sintiéndose cansado, el

            Conquistador autorizó a su sobrino Alonso


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