Page 94 - San Luis Bertrán Eixarch
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Montañez, que se casara con ella y se la llevara a

            vivir a Sevilla. Cuentan que en esa ciudad murió
            riquísima, tranquila, centenaria y rodeada de la
            reverencia que le brindaban sus muchos hijos y

            nietos, dejando fama de mujer sabia.
                   Catalina quedó registrada en la historia
            como símbolo de la mujer cartagenera, bella,

            elegante, diligente, vivaz y pacificadora, según
            relata el cronista Juan de Castellanos en su
            Elegía de Varones Ilustres de Indias:

                        Como con el recato conviniente
                  Llevasen por delante corredores,
                  Dos hombres de caballo y el teniente.
                  Prendieron á dos indios pescadores:
                  Hablóles Catalina cuerdamente,
                  Diciendo, que perdiesen los temores,
                  Y no tuviesen miedo de cadena,
                  Pues la que veían era gente buena.
                        Estos, decía, son nobles cristianos,
                  De costumbres loables y excelentes,
                  Y vienen para ser vuestros hermanos,
                  Y á haceros sus deudos y parientes:
                  Jamás tuvieron violentas manos
                  Contra los que se muestran obedientes;
                  Mis ojos propios son buenos testigos,
                  De cómo saben ser buenos amigos.
                                   (Parte III, Historia de
                             Cartagena, Canto II).

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