Page 108 - San Luis Bertrán Eixarch
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En el momento que San Luis ingresa al
convento, gracias a la reforma de La Observancia,
igual que en todos los demás monasterios
dominicos, la situación en Valencia estaba
tranquila y reinaba un orden justo. Esto permitía
que pudiera ser a un mismo tiempo monje y
apóstol – contemplata aliis tradere: transmitir a los
otros lo contemplado – Es este su lema y camino
muy amado. Meditar para comprender y
entendiendo trasmitir lo comprendido.
El maestro Fr. Juan Micó (1492-1555), quien
sucedió en el priorato a Fr. Amador Espí, le
había dicho al joven Luis Bertrán, que él iba a
ser un nuevo San Vicente Ferrer.
A pesar de su salud tan precaria – pasó
enfermo casi todo el tiempo de su vida religiosa – se
entregó siempre a la penitencia que venía de su
amor a Cristo y a los pecadores. Comenta un
testigo, que apenas había salido de una
enfermedad e iniciada la convalecencia, ya
estaba de nuevo en sus penitencias: «No era como
algunos, que por no hacer penitencia enferman, para
después huir de ella extrañamente», dice Fr. Antist.
Le parecía poco su deseo de hacer
penitencia en reparación por los pecados que
veía se cometían contra la Religión, en especial
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