Page 200 - San Luis Bertrán Eixarch
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proximidad de grandes charcas donde habitaban
los mosquitos. Viendo la joven los milagros que
hacía a los otros indios le suplicó que la sanara.
Él hizo la señal de la cruz en su garganta y le
tapó el cuello con el lienzo o pañuelo que
siempre llevaba, diciéndole que regresara al día
siguiente y que tuviera confianza en que
Nuestro Señor la sanaría. Cuando regresó la
indígena tal como le había dicho, él le retiró el
lienzo y estaba completamente sana.
Fr. Luis Vero, que había subido desde el
Valle de Upar para saludarlo, al ver este milagro
tan patente pidió que le diera algunas lecciones
para usar en su evangelización. San Luis, le
respondió: ―Silencio, hermano carísimo, que esto es
obra de Dios, que en mí no hay nada bueno‖. Esta
fue la última vez que se vieron los dos amigos.
Dice Zamora (Tomo II, p.159) que en esta
ocasión dejó su espíritu doblado en Fr. Luis
Vero, adquiriendo el don de milagros que tenía
el Santo, pues el de lenguas ya le había sido
concedido.
De este Apóstol del Valle de Upar, hay que
decir, que el mismo San Luis Bertrán, cierta vez
cuando le pidieron la sanación de una persona
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